lunes, 25 de octubre de 2021

Libros sobre el otoño: del tiempo que transforma las cosas mientras pensamos que la vida es aburrida

Este ya es el sexto año que llevo en Barcelona y no tengo dudas, definitivamente el otoño es su estación mejor! No hay nada de esta estación que no me guste: la luz del sol es aun cálida y brillante, las hojas entre verde, amarillo y rojizo quedan perfectamente con los colores de las calles, el olor de las castañas está sincronizado con las luces de las farolas al anochecer para completar la atmósfera romántica. La ciudad se prepara al invierno con una explosión de vida que me encanta cada año. Creo, en general, que las estaciones intermedias también pintan el paso del tiempo y los cambios de una forma especialmente poética, lástima que cada año duren menos. 

El concepto de paso del tiempo es algo difícil de explicar a l@s niñ@s. No se trata solo de comprender que los días se suceden en 24 horas etc.. Si no sobre todo de entender que el tiempo marca unas fases, influye sobre el mundo y lo transforma constantemente. Un buen modo de empezar puede ser educar a la observación, un ejercicio útil para desarrollar una habilidad, en mi opinión, muy importante: la atención. Parece algo banal, ya que l@s niñ@s suelen ser muy observad@res, pero no se trata solo de eso. 

Para observar atentamente se necesita concentración y mucha paciencia, dos cualidades difíciles de entrenar hoy en día,  en un mundo en el que todas las respuestas están tan a la mano como nuestros smartphones y los días son llenos de actividades. ACTIVIDAD. Esta es definitivamente la palabra que mejor define la cotidianidad infantil hoy. Sin embargo, por mucho que se diga, de aburrimiento nunca ha muerto nadie... todo lo contrario.  

Volviendo al otoño, o quizás no, siempre me fascinan los libros que tratan en general el tema del paso del tiempo y de los cambios que produce. La imagen que he escogido para este post es de un álbum de una autora que me gusta mucho, Beatrice Alemagna, llamado Un gran día de nada . Non trata precisamente del otoño, aunque los colores de las ilustraciones, maravillosas por cierto, me recuerdan mucho esta estación. Además el protagonista se encuentra paseando en un bosque, uno de los lugares preferidos del otoño. Y se encuentra allí justo porque está aburrido, porque el aburrimiento (sí, a veces lo hace) despierta la curiosidad, la atención. Entonces aparecen los árboles, con sus hojas todas distintas, las setas agrupadas como pequeñas colonias en las esquinas más amparadas, el olor a tierra, el espejo de agua en el que ve hundirse su videojuego. Lo olvida casi enseguida. Et voilà! Aquí está el otoño, y el aburrimiento, y el tiempo que pasa y que deja que las cosas cambien, desaparezcan, nazcan, vuelvan en formas distintas. Sin embargo las recuerda, las recuerda como si las hubiera visto ya, olidas, tocadas, lejos, atrás, en el tiempo, luego aquí, ahora. Sin hablar del chocolate caliente una vez de vuelta a casa, ¿qué mejor conclusión para un libro.. o un cuento? Un libro sobre el otoño, tal vez sobre los cambios, del bosque y de nosotr@s mism@s, pero también sobre el tiempo que a veces parece no pasar nunca y otras en cambio ya ha pasado.. ¿pero cuándo?  

De la misma autora y sobre los cambios, os recomiendo también Las cosas que vienen y van más inmediato y directo, apto para cualquier edad, respecto al primero (quizás un poco más largo). Cada página enseña un antes y un después y da la posibilidad de reflexionar sobre la sencilla inevitabilidad de un cambio y su aceptación. A menudo pasa con los libros infantiles que hojeándolos nos entran granas de comprarlos para nosotr@s, o para alguien que conocemos y que se nos ha venido a la mente. Si os pasa, ¡hacedlo! A veces en un libro para niñ@s se encuentran pensamientos sencillos, tan sencillos que se nos han escapado. Y, a veces, para volver a comprenderlos es suficientes girar la página de un libro. 
De una ilustradora que aprecio mucho, Britta Teckentrup , os quiero enseñar Las 4 estaciones desde el gran Árbol . Encuentro fascinante la poesía con la que cuenta en sus álbumes ilustrados la vida, siempre desde perspectivas diferentes. Este es el primer libro suyo que he conocido. En cada página el árbol cambia, junto con todo lo que lo rodea,  sin embargo en cada una de ellas la vida queda al centro de la imagen, transformada por el tiempo y sin embargo siempre presente. No solo la vida del árbol cambia conforme pasan las estaciones, también la de todos los animales que viven en sus ramas y en su tronco. Un libro, además en rima, que captura la atención con los detalles que enseña y apasiona con su sencillez. 

Creo que también es una buena ocasión para presentar esta colección. El libro dedicado al otoño, que guarda sus colores y ambiente cálido, es una buena compañía en una tarde lluviosa o por la noche antes de dormir. El seto de las zarzas: Cuento de otoño es un clásico otoñal, escrito por Jill Barklem. La colección, una historia por cada estación, cuenta la vida de un maravilloso mundo color pastel y de los ratoncitos que lo habitan. Aunque se trate de álbumes ilustrados, su tamaño reducido los hace cómodos para llevarlos de viaje o leerlos en la cama.  


Como decía al principio de este post, las estaciones intermedias tienen un encanto peculiar. El encanto de dilatar el tiempo y mostrarnos la vida que brota, a pesar del y gracias al tiempo. Hace falta atención para captar los colores, los olores, los ruidos que forman parte de cada una de sus fases. Hace falta paciencia para aprender a observar y apreciar. Deberíamos aprender la atención para cultivar la sorpresa, la curiosidad, el respeto. Aprender a aburrirnos, para descubrir que la vida es llena también cuando no la llenamos de actividades. A veces eso puede abrir la mente más que una respuesta interesante.  

Libri sull'autunno: del tempo che trasforma le cose mentre pensiamo di annoiarci

 


Questo è ormai il sesto anno che vivo a Barcellona e non ho dubbi sul fatto che l'autunno sia la sua stagione migliore. Non c'è nulla di questo periodo che non apprezzi: la luce del sole è ancora calda e brillante, le foglie gialle, verdi e ramate si intonano perfettamente con i colori delle strade, l'odore delle caldarroste è sincronizzato con l'accendersi delle luci in strada nel tardo pomeriggio. La città si prepara all'inverno con un'esplosione di vita che mi incanta ogni anno. Credo anche, in generale, che le mezze stagioni offrano un'affascinante lezione sullo scorrere del tempo e sui cambiamenti, in modo specialmente poetico. È un peccato che stiano scomparendo.

Il concetto del passare del tempo è piuttosto difficile da spiegare ai bambini/alle bambine. Non si tratta solo di comprendere che i giorni si susseguono, si suddividono in 24 ore etc...Ma soprattutto di capire che il tempo scandisce delle fasi, agisce sul mondo e lo cambia costantemente. Un buon modo di iniziare però può essere educare all'osservazione, un esercizio utile a sviluppare un'abilità, a mio avviso, molto importante della personalità: l'attenzione. Sembra banale, visto che i bambini/le bambine di solito sono grandi osservatori/osservatrici, ma non si tratta solo di questo.

Per osservare con attenzione c'è bisogno di concentrazione e anche di molta pazienza, due qualità difficili da allenare oggi, in un mondo in cui le risposte sono a portata di smartphone e le giornate sono piene di attività. ATTIVITÀ. Questa è indubbiamente la parola che definisce meglio la quotidianità infantile oggi. Eppure, chacché se ne dica, di noia non è mai morto nessuno...anzi. 

Tornando all'autunno, o forse no, mi affascinano sempre molto i libri che trattano in generale il tema del passare del tempo e dei cambiamenti che produce. L'immagine che ho scelto per questo post viene da un albo di un'autrice che apprezzo molto, Beatrice Alemagna, intitolato Un grande giorno di niente . Non tratta precisamente dell'autunno, anche se la scelta dei colori delle illustrazioni, meravigliose, me lo ricorda tanto. E poi il protagonista si trova a passeggiare in un bosco, uno dei luoghi preferiti dell'autunno. E ci si trova proprio perché annoiato e la noia (sí, a volte lo fa) risveglia la curiosità, l'attenzione. E allora appaiono gli alberi con le loro foglie tutte diverse, i funghi cresciuti come piccole colonie negli angoli più riparati, l'odore della terra, lo specchio d'acqua in cui vede affondare il suo videogioco. Lo dimentica quasi subito. Et voilà! Ecco l'autunno, ecco la noia, ecco il tempo che passa e lascia che le cose cambino, scompaiano, nascano, ritornino, in forme differenti, eppure le ricorda, le ricorda come se le avesse già viste, annusate, toccate, lontane, indietro, nel tempo, poi qui, ora. Senza parlare della cioccolata calda una volta tornato a casa, quale miglior modo di concludere una giornata.. o un racconto. Un libro sull'autunno, forse sui cambiamenti, del bosco e di noi stessi/e, ma anche sul tempo che a volte sembra non passare mai e altre invece è già passato... ma quando? 

Della stessa autrice e sui cambiamenti legati al tempo (ma non solo), consiglio anche Le cose che passano più immediato e adatto a qualsiasi età, rispetto al primo (un po' più lungo). Spesso succede coi libri infantili che leggendoli ci viene voglia di comprarli per noi, o per qualcuno che conosciamo e che ci è venuto/a in mente leggendo. Se vi succede, fatelo! A volte in un libro per bambini/e si trovano pensieri semplici, così semplici che ci sono sfuggiti. E a volte per tornare a comprenderli basta girare la pagina di un libro. Vi invito a leggere anche l'intervista fatta all'autrice, pubblicata sulla pagina della casa editrice, per chi volesse saperne di più su di lei e su questo libro: 
Seguendo la linea dei cambiamenti e del passare del tempo, c'è un libro chiamato Albero di Britta Teckentrup. Trovo affascinante la poesia con cui quest'illustratrice racconta negli albi illustrati la vita, sempre da prospettive differenti. Questo è il primo libro suo che ho conosciuto: racconta il passare del tempo attraverso un albero. In ogni pagina l'albero cambia, insieme a tutto ciò che lo circonda, eppure in ognuna di esse la vita resta al centro dell'immagine, trasformata dal tempo eppure sempre presente. Non solo la vita dell'albero cambia col passare delle stagioni, anche quella di tutte le creature che vivono attorno all'albero, sui suoi rami e perfino nel suo tronco. Un libro, peraltro in rima, che cattura l'attenzione attraverso i dettagli che offre e appassiona con la sua semplicità. 

È anche una buona occasione per presentare questa collezione. Il racconto sull'autunno, che ne ricorda l'atmosfera accogliente e i colori, una buona compagnia in un pomeriggio di pioggia o la sera prima di addormentarsi, I Racconti di Boscodirovo. Storia d'Autunno è senz'altro un classico immancabile, adesso disponibile anche nella versione laminata oro in occasione del suo 40esimo anniversario. L'autrice di questa collezione Jill Barklem, una storia per ogni stagione, racconta la vita di questo piccolo meraviglioso mondo di topolini dai colori pastello. Anche se si tratta di albi illustrati il formato ridotto li rende comodissimi da portare in viaggio o da leggere a letto prima di dormire. 

Come dicevo all'inizio di questo post, le mezze stagioni hanno un fascino particolare. Il fascino di dilatare il tempo e mostrarci la vita che germoglia, nonostante e grazie al tempo. Ci vuole attenzione per cogliere i colori, gli odori, i rumori che fanno parte di ogni sua fase. Ci vuole pazienza per imparare a osservare e per saper apprezzare.  Dovremmo imparare l'attenzione per coltivare lo stupore, la curiosità, il rispetto. Imparare ad annoiarci, per scoprire che la vita è piena anche quando non la riempiamo di attività. A volte questo può aprire la mente più di una risposta interessante.